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Bélgica: el RWD Molenbeek y Eagle Football, en el ojo del huracán

John TEXTOR se encuentra nuevamente en apuros. Esta vez, no son los problemas financieros del OLYMPIQUE LYONNAIS los que le causan dolores de cabeza, sino el RWD MOLENBEEK. Este club belga, que también forma parte del grupo EAGLE FOOTBALL dirigido por el empresario estadounidense, está teniendo una excelente temporada, liderando la segunda división a tres jornadas del final del campeonato, donde los dos primeros clasificados ascienden. Sin embargo, aunque todo parece indicar que está en camino de regresar a la JUPILER PRO LEAGUE, MOLENBEEK podría no poder hacer efectivo su triunfo en el campo.

Este es otro asunto que debe manejar EAGLE FOOTBALL y JOHN TEXTOR. El jueves, el equipo bruxellense se enteró por parte de la liga que no obtendría la licencia necesaria para competir en la élite. "Se trata de cuestiones estrictamente administrativas dentro de la estructura del grupo EAGLE FOOTBALL, y el club sigue confiando en un resultado positivo", aseguró el club en un comunicado, a pesar de que, según la prensa belga, había recibido una primera aprobación tras una auditoría imparcial.

"EL RWDM está colaborando estrechamente con las autoridades competentes para presentar la documentación requerida en el plazo establecido. El club tiene plena confianza en la solidez de su expediente y en una decisión favorable", concluye MOLENBEEK en su mensaje al público. Parece ser solo un contratiempo que debería resolverse pronto. El director de operaciones, MAXIME VOSSEN, incluso explicó que el caso es "similar a los problemas del año pasado" y se refiere a aspectos relacionados con la estructura organizativa del club.

EAGLE FOOTBALL, por su parte, está bajo la lupa. "El comité de licencias requiere aclaraciones adicionales sobre nuestra estructura accionarial tras la quiebra de DEINZE (en diciembre pasado), pero nada es insuperable", precisó el directivo. Aunque en apariencia no hay razones para alarmarse, MOLENBEEK solo tiene dos semanas para proporcionar las garantías necesarias a la federación. De no hacerlo, esta podría rechazar su ascenso a la primera división e incluso, en el peor de los casos, decidir relegar al club.