Una vez más, la situación es grave en el FC BARCELONA. Esta mañana, La Liga ha cuestionado el acuerdo sobre la venta de las entradas VIP del Camp Nou, alcanzado este invierno, que permitió al club catalán cumplir con el fair-play financiero español al ingresar 100 millones de euros. Según La Liga, los montos anunciados no son correctos y no coinciden con los estados financieros presentados. Esto es lo que se presentó ante las autoridades para cumplir con la regla del 1:1, es decir, por cada euro ingresado, se puede gastar uno.
Las consecuencias son inmediatas. La Liga ha decidido reducir el límite salarial permitido para el BARÇA. Esto pone en riesgo las inscripciones de DANI OLMO y PAU VÍCTOR, que ya estaban en juego en el último mercado, para el final de la temporada. A largo plazo, esto afectará la capacidad financiera del BARÇA para operar en el mercado de transferencias este verano. Así, la mañana ha sido agitada para los directivos azulgranas, justo cuando se preparan para una semifinal de la COPA DEL REY esta noche en el estadio del ATLÉTICO DE MADRID.
JOAN LAPORTA ha basado su defensa en estos hechos durante su primera reacción pública. "En relación con la carta de La Liga, quiero decir que la consideramos una nueva tentativa de perjudicar la imagen del club y de ir en contra de los intereses del FC BARCELONA", ha señalado el presidente catalán. "Por supuesto, el club responderá a través de sus servicios jurídicos, que están analizando detenidamente la carta de La Liga. Responderemos de la manera más enérgica que sea necesaria."
Este momento no parece casual. "Hace tres meses, las inscripciones de OLMO y PAU VÍCTOR se realizaron correctamente y siguiendo cada uno de los requisitos exigidos por la federación y La Liga. Tengo la impresión de que esto no es por azar. Hoy estamos jugando una final y espero que sea un gran espectáculo. No es una coincidencia que se reaviven controversias de este tipo; es un intento más de desestabilizar a nuestro equipo", sostiene el presidente del BARÇA al salir de una comida del consejo de administración.
Continúa su diatriba atribuyendo este ataque a quienes no quieren ver a su equipo en lo más alto, aunque sin nombrarlos. "Mi sensación es que, como no pueden vencernos en el campo, intentan hacerlo en los despachos. Como presidente del BARÇA, no lo permitiré." La próxima respuesta del club se prevé contundente, aunque implique entrar en una nueva batalla legal. El BARÇA está acostumbrado a este tipo de situaciones, acumulando ajustes económicos desde hace varias temporadas.