Es una historia que comenzó de manera incierta y que podría tener un final complicado. El verano pasado, tras interminables búsquedas de distribuidores, la LFP decidió apostar por el dúo DAZN - beIN Sports. La plataforma británica, buscando consolidarse en el mercado francés, se hizo con los derechos de 8 partidos de 9 por cada jornada de Ligue 1, a un precio de 400 millones de euros por temporada (beIN adquirió el último partido por 100 millones de euros, que incluye 80 millones de derechos y 20 de patrocinio).
A pesar de que DAZN se había propuesto alcanzar 1,5 millones de suscriptores para finales de 2025, esta ambición se asemeja hoy a una quimera. Hasta la fecha, la plataforma británica solo contaría con 600,000 suscriptores y su relación con la Liga se ha enfriado notablemente en los últimos meses. En enero, DAZN incluso retrasó el pago de su cuota, criticando a la LFP por su falta de medidas contra la piratería, la falta de transparencia sobre el contexto del mercado francés, especialmente en lo que respecta al potencial de suscriptores de la Ligue 1, y la falta de colaboración de los clubes para crear contenido exclusivo.
Aunque finalmente realizó el pago, no hay indicios de que vaya a cumplir con el siguiente. El distribuidor continúa reclamando una enorme suma de 573 millones de euros como compensación a la LFP. Actualmente, se lleva a cabo una mediación bajo la supervisión de la justicia, pero los avances son escasos. La incertidumbre es, por lo tanto, enorme, al punto de que RMC menciona este miércoles la posibilidad de que el contrato se rompa antes de que finalice la temporada. Ante la falta de respuestas de la LFP, DAZN ahora considera abandonar el barco, según RMC.
Además, el distribuidor no desea esperar a ejecutar su cláusula de salida, que se activaría al final de dos temporadas en diciembre próximo. Su objetivo sería dejar de transmitir la Ligue 1 "lo antes posible", es decir, después de los playoffs programados para finales de mayo, y ya ha comunicado sus intenciones a la LFP (RMC también sugiere que DAZN podría considerar anular su cláusula de salida, a condición de obtener una contrapartida). ¿Deberíamos interpretar esto como una estrategia para renegociar los términos del contrato? Es difícil afirmarlo con certeza, pero lo que es innegable es que la tensión entre ambas partes es palpable.