Este primer partido tras la pausa debería haber marcado el inicio de un nuevo ciclo positivo para el OM. "Es el partido más importante, porque es el primero de la serie y porque necesitamos recuperar la victoria", había declarado Roberto De Zerbi en la conferencia de prensa. Sin embargo, sus palabras no parecieron ser escuchadas. Esta tarde, en un enfrentamiento contra un Reims que no había ganado en cinco meses ni marcado en Ligue 1 durante más de once horas de juego, los marseillenses cayeron en la desorientación. Nunca lograron arrancar el partido, y al final, la derrota fue contundente: 3-1 en Auguste-Delaune, un resultado que podría beneficiar a Mónaco o Niza esta noche.
A primera vista, esta pausa internacional parecía llegar en el momento adecuado, ya que el Marsella venía de tres derrotas en sus últimos cuatro partidos. Así fue, pero solo para una de las dos equipos, que esta noche dio un paso gigante en su lucha por el mantenimiento. En cuanto al OM, es difícil encontrar un motivo de esperanza tras un partido marcado por la lesión de Leonardo Balerdi, una producción colectiva casi nula y una falta de carácter evidente por parte de los jugadores que debían asumir responsabilidades cuando las cosas se complican. Después del partido, Roberto De Zerbi no ocultó su frustración: "Cuatro derrotas en los últimos cinco partidos no es aceptable. No hemos tenido mucha suerte, porque hemos creado ocasiones, especialmente la de Gouiri. Luego, encajamos un gol un poco tonto cuando la defensa estaba bien colocada. Esto ocurre en el fútbol, pero debemos reaccionar con seriedad, todos queremos estar en la Liga de Campeones".
Mientras el OM ve su segunda posición cada vez más amenazada, el entrenador italiano expresó su preocupación ante la espiral negativa de su equipo. "Todos los jugadores quieren jugar la Liga de Campeones con el OM. Debemos entender por qué ya no lo estamos logrando. Estoy preocupado, sí, porque encadenamos una cuarta derrota en cinco partidos. Pero siempre he luchado, no hago regalos". Es un análisis directo que exige una reacción rápida por parte de los phocéens, de lo contrario sus aspiraciones europeas corren serio riesgo. Aunque el OM mantuvo su segunda posición tras el partido de hoy, podría perderla esta noche con el enfrentamiento entre Mónaco y Niza.
Esto también lo compartió Adrien Rabiot, quien no oculta su molestia tras esta nueva derrota. "A nivel contable, duele, pero sobre todo es el estado de ánimo que mostramos. Tenemos objetivos, hablamos de ellos cada fin de semana. Pero eso no es suficiente. Tengo la sensación de que hay jugadores que no tienen ganas de ir a la Liga de Campeones, que no están dispuestos a luchar por Europa". Una reflexión que debe traducirse pronto en una reacción en el campo.