Ferland Mendy, Jules Koundé, Thomas Lemar, Aurélien Tchouameni, Eduardo Camavinga, Kevin Gameiro, Wissam Ben Yedder, Adil Rami, Steven N’Zonzi, Grzegorz Krychowiak, Karim Benzema o Aymen Abdennour, todos ellos han dejado huella en el fútbol español tras abandonar el campeonato francés entre los años 2010 y principios de los 2020. Solo algunos de los ejemplos más destacados han sido mencionados. Los directores deportivos de los clubes españoles valoraban mucho a los jugadores formados en Francia, ya que generalmente poseían cualidades que no se encontraban fácilmente en el mercado español o en otros lugares habituales de interés, como América del Sur o Portugal. Además, los jugadores de Ligue 1 solían ser relativamente asequibles, lo que es un factor importante. Debido a esto, clubes como el Sevilla FC no dudaron en reforzar sus plantillas buscando talento en Francia.
“Tactícamente y físicamente, el jugador de Ligue 1 es uno de los más completos del mercado. Se adapta perfectamente a lo que busco para nuestro equipo. Por ejemplo, Grzegorz Krychowiak apenas había jugado en Reims, pero no necesitó tiempo para aclimatarse a la Liga. Y económicamente, las cifras de los traspasos están dentro de nuestro alcance, al igual que los salarios. Honestamente, no me he decepcionado ni una sola vez en diez años”, compartió en 2015 el director deportivo del Sevilla, Monchi, en una entrevista. Cabe destacar que este directivo había incorporado más de veinte jugadores de Ligue 1 durante su segunda etapa al frente del club andaluz, y el esfuerzo dio sus frutos, ya que el equipo ganó cinco títulos de Europa League entre 2013 y 2023, muchos de ellos con futbolistas provenientes de Francia.
Sin embargo, recientemente, la tendencia ha disminuido notablemente. El verano pasado, a excepción de Kylian Mbappé, los traspasos de jugadores franceses a España fueron escasos, con Pape Gueye, quien dejó el OM para unirse a Villarreal, como uno de los pocos ejemplos. Actualmente, el Sevilla, tradicionalmente amigo de la Ligue 1, cuenta solo con un jugador llegado desde allí: Akor Adams, que se unió en el mercado invernal. Si consideramos las nacionalidades, en La Liga solo hay 18 jugadores franceses en este momento, muchos de los cuales llevan tiempo en España o han sido reclutados de otros campeonatos. La principal explicación de esta situación es financiera. En años recientes, La Liga ha implementado un estricto fair-play financiero que ha complicado las cosas para algunos clubes, como el Barça, con el objetivo de sanear sus finanzas. Como resultado, los clubes han reducido sus gastos y ya no operan de la misma manera que en el pasado. Los clubes menos poderosos prefieren invertir en formación o buscar oportunidades a través de préstamos o jugadores en fin de contrato, en lugar de gastar 15 o 20 millones de euros en un futbolista de Ligue 1.
Financieramente, los clubes españoles fuera del top 3 no pueden competir con sus homólogos ingleses, alemanes o incluso italianos, sin contar la aparición de nuevos actores como Arabia Saudita, que no solo busca estrellas sino también “buenos jugadores de campeonato”. Estos clubes están captando a los mejores talentos de Ligue 1, mientras que, hace no mucho tiempo, habría sido normal ver a jugadores como Martin Terrier, Castello Lukeba o Serhou Guirassy en La Liga. Además, los precios de los futbolistas de Ligue 1 han aumentado. Hoy en día, sería impensable que Wissam Ben Yedder se marchara por 9 millones de euros, como sucedió en su traspaso de Toulouse a Sevilla en 2016. La llegada de capital extranjero a varios clubes de Ligue 1 ha hecho que aquellos que antes estaban obligados a vender para sobrevivir ahora no tengan tanta presión para desprenderse de sus mejores elementos.
También hay una realidad relacionada con el estilo de juego. Tras varios años en los que los clubes españoles optaron por un enfoque basado en el equilibrio, la intensidad y un estilo físico, ahora hay un cambio hacia un juego más centrado en el control del balón y la calidad técnica de los jugadores. Ya no se busca únicamente futbolistas potentes o veloces, sino perfiles como el de Pedri, por poner un ejemplo. La Ligue 1 continúa produciendo jugadores que destacan en contextos en los que se exige un alto volumen de juego y ser rudos y rápidos. Algunos puestos donde los clubes de Ligue 1 aún logran sacar perfiles interesantes, como el mediocampista defensivo o el lateral capaz de recorrer mucho campo durante el partido, son cada vez menos demandados debido a la evolución táctica de los clubes de La Liga.
Esto no quiere decir que la Ligue 1 no pueda producir jugadores técnicos y astutos que se adapten a la liga española, todo lo contrario. Sin embargo, cuando lo hace, suelen ser demasiado caros para los clubes españoles que no pertenecen a los más grandes. Para encontrar este tipo de futbolistas a un precio asequible, los directores deportivos de los clubes españoles seguirán mirando hacia América del Sur o ligas menores en Europa, como la belga, que está ganando popularidad entre los cazatalentos de La Liga. Así, el flujo que antes unía a Francia y España se ha secado claramente en los últimos años por las razones mencionadas, y todo indica que esta tendencia seguirá. Si bien algunos de los mejores talentos de Ligue 1 continuarán llegando a los grandes clubes de la liga española, los demás ya han dejado de lado a los jugadores franceses, dirigiendo su atención hacia otros perfiles.